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Símbolo de la democratización de la tierra y del aumento de oportunidades de trabajo e ingresos en el campo, pero considerada un tabú por los conservadores, la reforma agraria ganó un impulso histórico durante los gobiernos Lula y Dilma.
Los dos juntos promovieron un número récord de asentamientos según datos del Incra: 771 mil familias recibieron el título de propiedad de tierras en los últimos 12 años, más de la mitad del total de beneficiados en toda la historia de la reforma agraria en Brasil.
Nada menos que 3.902 asentamientos fueron creados en todos los estados de la federación, sumando 51 millones de hectáreas, o los territorios del estado del Ceará y del Mato Grosso do Sul juntos - lo equivalente al 56% de todas las tierras ya disponibilizadas para la reforma agraria en la historia del país.
Y lo más importante: en vez de abandonados a su propia suerte como en el pasado, los asentados pasaron a contar con crédito, asistencia técnica, construcción y reforma de viviendas, apertura de carreteras, instalación de agua y luz eléctrica, semillas de alta calidad genética, garantía de venta de la producción y ampliación de los niveles de escolaridad, entre otros beneficios. Más que un pedazo de tierra, han conquistado el derecho de plantar, cosechar y vivir con dignidad.
Con Dilma, la reforma agraria ganó más mecanismos legales para avanzar. Desburocratizándose. Los procedimientos para la obtención de tierra fueron simplificados. Las ordenanzas de creación de nuevos asentamientos pasaron a contener el cronograma de inversiones de programas como Mi Casa, Mi Vida y Luz para Todos.
La liquidación de las deudas está más fácil, con descuentos de hasta un 80%. La Ordenanza de 2013 posibilita la renegociación de los débitos de 947 mil familias asentadas, 200 mil del Pronaf. Ellas vuelven al sistema de crédito productivo, movilizando 8 millones de hectáreas para la producción de alimentos.
La asistencia técnica, que ya beneficia a 349 mil familias, de acuerdo con el Ministerio de Desarrollo Agrario (MDA), será extendida a otras 100 mil hasta el final de 2014. La estimación es de que en cinco años cada familia asentada genere un valor de producción equivalente a dos salarios mínimos mensuales. La orden es: tierra para quien la necesita, de forma cada vez más rápida y con más seguridad.
El gobierno Dilma asentó, en 2013, a 30.359 familias, un 31% más que en 2012, en un total de 316 mil hectáreas. Según el Incra, en promedio, se estaba utilizando solo el 22% de esas tierras. El 50% de los inmuebles desapropiados no poseían cualquier actividad productiva.
“Vamos a incentivar la agricultura familiar, vamos a financiarla, vamos a llevarle asistencia técnica, porque, si es por este país, nadie va a tener hambre en el mundo. Ya tenemos una agricultura empresarial que es número uno del mundo. Necesitamos ahora hacer que nuestra agricultura familiar dispute con cualquier otro país, porque tenemos lo que ellos no tienen, y tenemos hoy la disposición política de hacerlo”.
(30/5/2008, solemnidad de firma del Acuerdo de Cooperación Federativa de Territorios de la Ciudadanía, en la ciudad de Belém)
"Hoy, estamos aquí lanzando este plan de 24,1 mil millones en créditos, previstos para esta cosecha. Y sin duda alguna, es el mayor plan hasta entonces realizado. Quiero decirles que esos 24 mil millones son 10 veces más de lo que se aplicó en la cosecha 2002/2003 y eso demuestra la fuerza de ustedes. Lo que muestra, además de que el gobierno está sensible y atento a la importancia de la agricultura familiar, a la importancia de los asentados de la reforma agraria, el hecho de que todos hemos aprendido, el gobierno ha aprendido, ustedes han aprendido. En ese proceso, todos hemos aprendido. Queremos que los agricultores de este país, los pequeños agricultores de este país, tengan acceso a la mejores condiciones posibles para invertir, para adquirir máquinas y equipamientos que mejoren la productividad de su propiedad y, al mismo tiempo, justamente por eso, generando más empleo e ingresos.”
Marcília Santos, São Paulo:
"Con el gobierno puedes tener toda la tranquilidad de que vas a enviar tu producto y tu retorno viene. Si es poco o mucho, viene. Independientemente de lluvia o de sol, viene. Esa es nuestra gran seguridad”.
Adelmo Escher, Paraná:
"Hoy logramos tener una tasa de interés para los pequeños muy diferente de la de los grandes, lo cual es una cuestión justa. Nos emocionamos mucho relatando esta historia construida con mucha dificultad y llegando a un nivel que deseamos que todos los agricultores familiares puedan alcanzar, y tener esta condición de vida”.
Abdson Sá, Maranhão:
"La agricultura familiar vino a nuestro polo aquí en la Zona da Mata para mejorar la condición del pequeño agricultor rural porque antes él trabajaba solo con su propia fuerza. Hoy ya estamos mecanizando, con semillas seleccionadas, con la irrigación. Y hoy tenemos asistencia y tenemos la comercialización asegurada a través de la compra local”.
Livânia Frizon, , representante Agrovilla Canudos (estado de Rio Grande do Norte):
"Es muy emocionante recibir la visita del jefe mayor del Estado en el asentamiento de reforma agraria. En otros tiempos, lo que recibíamos del Estado era la represión. Y después de hecho el asentamiento, era el abandono, para mostrar que la reforma agraria no debería seguir... Solo es posible, presidente, que haya la productividad que hay en este asentamiento y en otros de la región... gracias a su gobierno. Cambió mucho, para mejor, nuestra vida en su gobierno”.