El Bolsa Familia es bueno no solo para el que lo recibe, sino también para el comercio, la industria y la agricultura. Con el recurso, el beneficiario va de compras y mueve la rueda de la economía. Gracias al aumento de las ventas, el pequeño comerciante contrata a un ayudante y pasa a comprar más del productor; éste, a su vez, aumenta la producción y recluta más trabajadores; con los nuevos empleos, el ayudante contratado por el comerciante y los trabajadores contratados por el productor mejoran su poder de compra y pasan a consumir más - y así sucesivamente, la rueda de la economía gira en un círculo virtuoso.
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Cada R$ 1,00 invertido en el BF genera R$ 1,78 para la economía brasileña
El Bolsa Familia genera una expansión del Producto Interno Bruto (PIB) mayor que cualquier otra transferencia social - y a un costo bastante bajo para los estándares internacionales.
Cada R$ 1,00 invertido en el programa estimula un crecimiento de R$ 1,78 en la actividad económica y aumenta el consumo de las familias en R$ 2,40. Y todo eso cuesta poco: un 0,5% del PIB. Para hacerse una idea, en 2012 los Estados Unidos desembolsaron el 2% de su PIB en programas de transferencia de ingresos - pero el número de estadounidenses que necesita auxilio del gobierno creció un 60% en los últimos cuatro años. Ya Brasil, que gasta mucho menos, es un ejemplo mundial de superación de la pobreza.
• Mayor impacto entre las transferencias sociales