Estudio del Instituto de Investigación Económica Aplicada (Ipea) muestra que en los 500 municipios que más concentran beneficiarios del Bolsa Familia, el aumento del mercado formal de trabajo fue del 69,3%. En el Nordeste, región con mayor número de beneficiarios del programa, el crecimiento del empleo formal llegó al 64,8%. O sea: al contrario de lo que algunos críticos todavía insisten en decir, el Bolsa Familia es una poderosa herramienta de estímulo al trabajo.

• El Bolsa Familia y el empleo formal

Beneficiarios derriban prejuicios y se cualifican para el mercado

Selma da Silva, trabajadora doméstica - Formosa/GO

"Con el dinero del Bolsa Familia completando lo que ganábamos, mi marido y yo logramos construir nuestra casa. Hoy veo que la exigencia que nos hacían para pagarnos el Bolsa, de mantener a los niños en la escuela, vacunarlos, fue tan importante como la casa, porque además de tener donde vivir, también tenemos salud ".

Manoel dos Santos y Doña Evangelina, marido y mujer, agricultores - Neópolis/SE

Manoel: "Chico, me pongo en un estado alterado cuando oigo a alguien diciendo que el que recibe Bolsa Familia no quiere trabajar. ¡Que vengan a ver aquí en Neópolis! Después que llegó el Bolsa Familia la ciudad floreció, las mujeres empezaron a hacer sus artesanías de bordado y vender allá en Penedo (Alagoas). Y nosotros fuimos a producir para abastecer las posadas. Eso empezó hace diez años, ¿verdad, Lina?"

Debora Evelinn Coelho, estudiante - Inajá/PE

"Muchos critican el Bolsa Familia, pero pocos conocen la realidad del Nordeste de Brasil. Con el Bolsa Familia, las familias de bajos ingresos pudieron comprar alimento para los animales, semillas para el plantío, abono e insumos agrícolas y sustentar a la familia. Eso, por ejemplo, en la ciudad de Inajá-PE, incentivó la apertura de más mercaditos. Donde antes solo había tres mercaditos, hoy existen más de 20, que acaban por emplear en promedio a más de 100 personas".

Maria Valquíria, Varjão - Distrito Federal

"Mi vida era otra antes del Bolsa Familia. Mis hijos iban a la escuela y compartían el cuaderno, porque yo no tenía dinero para comprarles más de uno. Hoy, dejamos nuestro rancho de compensado, vivimos en una casa de material, tengo a todos los chicos criados y educados y una condición de vida mucho mejor. Creo que es importante mostrarle a todo el mundo que el Bolsa Familia cambia la vida de las personas".

"Sabemos que el Bolsa Familia nunca vino para ser el fin del camino, sino un puente; nunca vino para ser la cima de la escalera, sino el primer peldaño. Vino, como ya lo ha dicho el presidente Lula, para ser la puerta de salida de la miseria y la puerta de entrada a un mundo con futuro y con esperanza."

"El Bolsa Familia es el mayor y más eficiente programa de transferencia de ingresos del mundo. Sirve tanto para reducir la miseria, como para activar la economía y el consumo popular. Es un instrumento contra el hambre y, a la vez, a favor de la educación y de la salud. No es un gasto, sino una inversión en la calidad de vida de nuestro pueblo".

El 39% de los brasileños que salieron de la pobreza extrema en la última década tenía menos de 14 años de edad. Con el Bolsa Familia y el Brasil Sin Miseria, el porcentaje de niños y adolescentes en condiciones de extrema pobreza bajó de un 10,5% en 2003 al 0,3% en 2013.

Una de las caras más crueles de la miseria: el 42% de los brasileños que vivía en la extrema pobreza tenía menos de 15 años de edad. Para atender a la parte más vulnerable de ese grupo - los niños de 0 a 6 años - el gobierno Dilma implantó el Brasil Cariñoso. Alrededor de 600 mil niños beneficiados asisten a guarderías todos los días. La distribución gratuita de vitamina A y de sulfato de hierro previene males que perjudican el desarrollo infantil. El valor asignado a la alimentación escolar de los niños matriculados en la red pública fue ampliado en un 66%.