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La diabetes y la hipertensión son enfermedades crónicas, controlables y bastante conocidas tanto del público lego como de los especialistas. Aún así, son las principales causas de muerte en Brasil y en el mundo. En 2008, estaban relacionadas a, por lo menos, un 62% de las muertes con causas conocidas en el país. Era necesario empezar un trabajo de prevención para evitar la muerte de más brasileños.
Creado en 2011, el programa La Salud No Tiene Precio (SNTP) exige, en verdad, una inversión de R$ 1,3 mil millones al año para hipertensión y diabetes, y R$ 59,1 millones para asma. El SNTP distribuye 11 tipos de medicamentos para hipertensión y diabetes, beneficiando a cerca de 2,3 millones de diabéticos y 11,6 millones de hipertensos que no pueden pagar por los medicamentos o comprometerían su calidad de vida si tuvieran que mantener el tratamiento por largos períodos. El Ministerio de Salud cree que, gracias al programa, será posible evitar hasta un 40% de los derrames cerebrales y un 25% de los infartos.
En 2012, tres medicamentos contra el asma, enfermedad que es una de las principales causas de internaciones de niños y niñas, también empezaron a ser distribuidos gratuitamente. En tan solo un año, 1,2 millón de personas retiraron medicamentos. Se notó el resultado inmediatamente: el número de niños y niñas internados con asma cayó un 16% después de que la distribución empezó. En números absolutos, 20 mil niños y niñas no tuvieron que ser hospitalizados.
Hoy son más de 800 medicamentos ofrecidos gratuitamente por el SUS. En 2014, otros 56 nuevos medicamentos van a entrar en esa lista.
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Antes de distribuir medicamentos para diabetes, hipertensión y asma, Brasil ya hacía lo mismo para portadores de VIH/Sida, enfermedad de Hansen y Tuberculosis. Los resultados hicieron del país una referencia mundial: entre 2000 y 2011, la mortalidad por Sida cayó un 12%. En el mismo período, los casos de enfermedad de Hansen cayeron un 34%. Y hay más: Brasil es uno de los siete países con alta incidencia de tuberculosis que ya ha logrado alcanzar la meta de reducción de la enfermedad prevista por la ONU para 2015.
Parecía algo natural e inevitable: los brasileños que no podían pagar el precio de los medicamentos enfrentaban inmensas colas, de horas o hasta días, para recibir los medicamentos a los que tenían derecho. La Farmacia Popular creada en 2003 por el Ministerio de Salud cambió ese cuadro.
En cualquiera de los 30.105 puntos de venta del programa, los brasileños pueden comprar medicamentos con hasta 90% de descuento para colesterol, osteoporosis, enfermedad de Parkinson, glaucoma, rinitis y dislipidemia, contraceptivos y hasta pañales geriátricos. Los medicamentos gratuitos para diabetes, hipertensión y asma son retirados en los mostradores de la red – la mayoría en farmacias particulares registradas por el Ministerio.
Actualmente, el programa pone a disposición, en la red propia mantenida por el Ministerio de Salud, 113 ítems. En la red privada, con el sello Aquí Hay Farmacia Popular, son 25 ítems subsidiados para el consumidor.
La red Farmacia Popular está en 4.119 municipios, pero ese número sigue creciendo, pues, en función del programa Brasil Sin Miseria, las farmacias y droguerías de los municipios brasileños en situación de extrema pobreza pasaron a tener prioridad en el registro
El listado de medicamentos proporcionados gratuitamente por el Sistema Único de Salud para los brasileños que no tienen cómo pagar por el tratamiento aumenta cada dos años, cuando el Ministerio de Salud efectúa su actualización. En una década, el número de medicamentos creció un 140%. En 2002, eran 352 medicamentos disponibles para la población, ahora son 844, todos comprobadamente eficaces.
Con más medicamentos, hay más alternativas disponibles para pacientes que ya no responden a los tratamientos que se venían utilizando antes, además de la posibilidad de cura para enfermedades raras.
Desde 2012, 56 medicamentos ya fueron aprobados por el Ministerio de Salud y serán ofrecidos a la población a partir de 2014. Así, la lista va a llegar a, por lo menos, 900 medicamentos. Serán beneficiados pacientes de enfermedades como hepatitis tipo C, cáncer de mama, artritis reumatoide, hipertensión arterial pulmonar, linfoma no Hodgkin de tipo folicular, VIH, cáncer de pulmón e infecciones respiratorias.
Las dificultades creadas por la crónica dependencia de los laboratorios extranjeros impulsaron una decisión innovadora: Brasil tiene ahora una empresa estatal destinada exclusivamente a investigar, desarrollar y producir medicamentos derivados de la sangre.
La Empresa Brasileña de Hemoderivados y Biotecnología, la Hemobrás, está cerca de concluir la construcción de su fábrica en Pernambuco. Cuando la fábrica esté funcionando, producirá medicamentos para asegurar la vida de hemofílicos y de personas con inmunodeficiencia genética, cáncer, cirrosis, Sida y quemaduras graves en tratamiento en el Sistema Único de Salud.
El calendario oficial de vacunación en Brasil apuntaba tan solo al público infantil. En 2004, la protección fue extendida a adolescentes y ancianos/as, que pasaron a contar con sus respectivos calendarios de inmunización contra enfermedades como neumonía, gripe, fiebre amarilla, tétano y hepatitis tipo B, por ejemplo. Además de ello, las personas que tienen más de 60 años también son vacunadas contra gripe en campañas periódicas que alcanzan, en promedio, al 87% de la población prevista -- lo cual equivale a 18,3 millones de personas mayores inmunes a la gripe.
La protección de nuevas franjas de la población ocurre simultáneamente a la incorporación de nuevas y más eficaces vacunas para proteger a los niños y niñas. Una de ellas, la pentavalente, evita cinco enfermedades.
En 2014 todos los niños y niñas de 1 a 4 años de edad serán vacunados contra varicela, las gestantes deberán ser inmunizadas contra la tos ferina y las niñas de 10 y 11 años contra el virus VPH, que puede causar el cáncer de cuello uterino.
Algunas de esas vacunas empezaron a ser fabricadas en Brasil. Es el caso de la que protege contra la fiebre amarilla, fabricada en el estado de Ceará a partir de una planta, algo inédito en el mundo. Por otra parte, las tres dosis de la vacuna contra el VPH -- que ya está siendo producida en Brasil -- cuestan hasta R$ 1.000,00 en clínicas privadas, pero desde 2014 son ofrecidas gratuitamente a las niñas de 11 a 13 años.